Ambos os admiráis mutuamente, además sois sinceros, justos y directos, aunque a tu progenitor no le importaría que te relacionaras más con la gente. Quizá no estés tocado por la varita mágica de la inspiración, como le ocurre a tu padre, pero tendrás la perseverancia que a él le falta y te admirará por ello. No podrás quejarte por la disciplina que te imponga, porque no será nada dura, y siempre estará dispuesto a explicarte el por qué de sus pocas reglas. Pero algunas veces no te importaría que actuara con un poco de mano dura para orientarte y hacer que te sientas seguro y confiado. Te enseñará que lo importante es que te sientas bien contigo mismo y que no es necesario que todo lo que hagas vaya acorde con lo que piensan los demás. No te importaría que tu madre pasara más tiempo en casa, pero a ella no le gustan las ataduras de la vida doméstica. Ella debería entender que debe brindarte todo el amor y estabilidad que pueda para que te sientas seguro y confiado y que tienes una actitud ante la vida diferente a la suya.